domingo, 11 de octubre de 2009

Gracias negro....







En medio de desgarradoras escenas de dolor, Arturo "Zambo" Cavero fue enterrado en el cementerio Jardines de la Paz. Sus tres hijas, Zorca, Moraima y Elena, no paraban de derramar lágrimas, mientras de fondo se escuchaba el tema "Contigo Perú" con cajón y con guitarra.
Sobre su ataúd se coló la bandera del club de sus amores: Alianza Lima y un estandarte del Señor de los Milagros, de cual guardaba una gran devoción.
Su hija Zorca manifestó un discurso de agradecimiento a los asistentes por todo el cariño que ha recibido su padre.
Aunque no fue una ceremonia multitudinaria, asistieron sus compañeros de la cuadrilla número 1 de la Hermandad del Señor de los Milagros, el cantante Lucho Barrios. El bolerista pronunció unas palabras y cantó el tema "Es mi niña bonita", según él, el favorito de Cavero.
"Cuando lo vi hace algunos meses en una peña no pensé que iba a morir. Descansa en paz, hermanito", dijo.
Las hijas se abrazaban y no podían controlar su llanto. Se retiraron poco después de la ceremonia visiblemente desbastadas de la ceremonia fúnebre.
Sin embargo, los asistentes armaron una jarana criolla al pie de la tumba del recordado intérprete. ¡Zambo, descansa en paz!

"CONTIGO PERU", PSICOSOCIAL, GOBIERNO DEL GENERAL JUAN VELASCO ALVARADO







Revista de Psicología - Vol. II Nº 1 Enero 1998

LA PSICOLOGÍA DURANTE EL PERIODO DEL GOBIERNO MILITAR (1968-1980)

Carlos Ponce Díaz *

El tres de Octubre de 1968, un golpe de Estado, encabezado por el general de División Juan Velasco Alvarado, puso fin al Gobierno Constitucional del Presidente Fernando Belaunde Terry que había sido elegido por voluntad popular en Junio de 1963 y que, en ese momento se encontraba a 298 días de la culminación de su ejercicio de Ley. A partir de esa fecha se va a producir en nuestro País, un largo y contradictorio proceso de cambios psicosociales que tuvieron como objetivo fundamental, asumir una concepción ideo-política que fue autodefinida por dicho gobierno de facto, como de participación. Este gobierno castrense tuvo dos etapas: la primera del 03 de Octubre de 1968 al 28 de Agosto de 1975; y, la segunda del 29 de Agosto de 1975, al 28 de Julio de 1980, esta última culmina con la vuelta a la vida Democrática y el regreso precisamente del derrocado Presidente Belaunde a la Casa de Gobierno para un nuevo período (1980 -1985).

Volviendo al golpe militar del 68, no cabe duda, que este afectó la estructura, organización y funcionamiento del País, como nunca antes había ocurrido en el Perú Republicano, al pretender implantar, o si se quiere, imponer un modelo socialista participativo de organización de la sociedad que generó profundos cambios: sociales, políticos, económicos, educativos, de comportamiento, entre otros, los cuales motivaron a su vez un desarrollo significativo de áreas del conocimiento que hasta ese momento no eran mayormente conocidas profesionalmente, no sólo en el contexto de la opinión pública, sino también, en algunas esferas científico académicas del País. En este grupo de disciplinas se encontraba precisamente la psicología, cuya profesión se había institucionalizado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos desde 1955 y de allí se había irradiado a diversas Universidades Nacionales y Particulares del Perú.

El caso es que los egresados, bachilleres y titulados en Psicología de las primeras promociones, se encontraron de un momento a otro con oportunidades de trabajo, y , un campo sumamente fértil en las áreas de la psicología: social, política, educativa y organizacional, fundamentalmente, aunque también se dieron posibilidades laborales en Psicología Militar, Psicología Comunitaria (promotores sociales), respectivamente. De allí precisamente surgirían valiosos trabajos en áreas diversas, como por ejemplo los realizados en la esfera industrial y organizacional que fueron publicados secuencialmente por el Departamento de investigaciones de ESAN, entre ellos podemos citar los trabajos teóricos de Scurrali (1973-1975) y, León (1975a) sobre liderazgo autoritario y participatorio; la comunidad laboral y el comportamiento participativo; las investigaciones de Montalvo y Scurrali (1974), sobre las actitudes de los trabajadores hacia la participación y de Scurrali (1974) en relación con la gestión de un taller artesanal; la revisión crítica de León (1975b), de las investigaciones sobre el autoritarismo realizadas en el Perú, y sus trabajos sobre consideración del supervisor y valores en empleados y obreros del sector gráfico (1975c), el rol del miembro del Consejo de Administración en Cooperativas Agrarias (1977), y factores considerados por civiles y militares al ofrecerles un puesto público (1976), replicado este último en oficinistas por Pejerrey, Gerardo; las investigaciones desarrolladas por Scurrali sobre la autoridad y toma de decisiones conjuntamente con Nuñez (1975); sobre clase social y valores sociales en el Perú con Montalvo (1975), y ascendencia de ejecutivos, nuevamente con Nuñez (1975), y el estudio de Tueros (1976), sobre los mecanismos de participación de las organizaciones de base en la administración pública. A estas alturas, es importante resaltar que muchos de los trabajos anteriormente mencionados implicaron un trabajo de equipo no sólo con colegas de la especialidad, sino en algunos casos con profesionales de otras áreas que le dieron a dichos estudios un matiz multidisciplinario.

Asimismo, algunas de las investigaciones señaladas fueron expuestas por primera vez a la comunidad psicológica nacional en el Primer Congreso Peruano de Psicología, llevado a cabo en Diciembre de 1975; inclusive, varios de ellos fueron publicados en algunas revistas nacionales e internacionales; y otros en las Memorias de dicho Evento, las cuales se difundieron con el título de La investigación psicológica en el Perú, de Alarcón, Infante, Bibolini y Ponce(1976).

Si bien es cierto, el Perú, durante el Gobierno Militar se convierte en un gran Laboratorio de Trabajo para un numeroso grupo de todas las áreas de conocimiento, sin embargo; lo fue de un modo muy especial para los estudiosos del comportamiento y de los fenómenos sociales, toda vez que, en cualquier proceso de transformación de estructuras (como el que se proponía el Gobierno castrense) se van a producir significativamente cambios de conducta que deben estar acordes con los procesos internos, a la par que con un buen manejo de las relaciones de grupo. Un ejemplo de ello son los trabajos referidos anteriormente sobre diversos aspectos de la Psicología del hombre peruano de dicha época. Sobre el punto, no debemos olvidar que la mayoría de académicos y profesionales de dicho período se habían formado en un sistema educativo universitario de características facultativas y en un contexto de gran exigencia en la fundamentación teórico-metodológica y en el cumplimiento de sus responsabilidades, soporte necesario para la educación y renovación exitosa de los cuadros profesionales futuros, sin embargo; en el ámbito académico, se produjo un hecho sin precedentes: la modificación sustancial de la Ley Universitaria y el cambio al Sistema Departamentalista que, al parecer, se efectuó precipitadamente, sin estudios previos, y sin medir las consecuencias futuras que terminaron afectando el desarrollo de muchas disciplinas. A manera de ejemplo, podemos señalar algunas consecuencias negativas de dicha implementación:

a.Una minusvalización de la Universidad Nacional y por ende, de las profesiones que se impartían. Si bien es cierto, la política del Gobierno Militar fue abrir la Universidad Nacional a los sectores populares más necesitados, la planificación propuesta por dicho régimen no funcionó, y mas bien se generaron una serie de problemas tales como la masificación de la Universidad Nacional que no estaba preparada, ni en la infraestructura, ni con personal docente y administrativo a atender tal demanda. En la práctica y a pesar de la reacción y protestas correspondientes de la comunidad universitaria, un excesivo número de jóvenes postulantes se convirtieron casi automáticamente en universitarios e ingresaron masivamente alas diversas especialidades, al extremo de relajarse en varias oportunidades las exigencias estrictas del número de vacantes que podían atender los diferentes «Programas» y/o «Departamentos» Académicos; fue la triste época de las llamadas «ampliaciones de vacantes»; inclusive en Psicología tenemos una promoción llamada en San Marcos -para muchos en gracia y para otros en pena- «la carga de los 600». Esta situación, a no dudar, fue un desmedro de los docentes; estudiantes; y trabajadores de la Universidad Nacional; en pocas palabras: un estudiante universitario que hasta antes de 1968 era visto significativamente en el plano de la opinión pública, comenzó a ser percibido de modo diferente por no decir desfavorable; los postulantes que ocuparon los primeros puestos en el orden de méritos, al producirse las exageradas ampliaciones de vacantes, se convirtieron en una minoría en relación al resto de sus compañeros (muchos de ellos habían ingresado con bajos y hasta deficientes puntajes), todo ello comprometió el mantenimiento y la superación del nivel académico de muchas profesiones. Por otra parte, y, lo que es más grave, algunos de estos estudiantes de limitados recursos académicos y en base a diversas presiones ajenas a las normas de la vida universitaria, no solamente culminaron su carrera, sino se incorporaron, en un período posterior y presionando a las autoridades de turno, como Docentes Universitarios con todas las consecuencias negativas que podemos suponer y que constituyen hasta la actualidad una «carga», en el proceso de desarrollo de las diversas Facultades de algunas Universidades Nacionales.

b.Los profesores o catedráticos principales con significativos años de servicios dedicados a la docencia y fundamentalmente a la Investigación se retiraron masivamente de la Universidad Nacional, ocupando nuevas plazas de trabajo en otras Universidades Nacionales y Extranjeras, según los casos, y, los pocos que quedaron tuvieron que asumir no sólo las tareas habituales sino la formación de nuevos cuadros de docentes. Es en este período, donde las nuevas promociones de profesores, muchos de ellos Jefes de Práctica y Ayudantes, tuvieron que asumir prematuramente el dictado de algunas asignaturas, asumiendo el rol de Profesor Titular. No podemos dejar de mencionar aquí, que el éxodo de Catedráticos de la Universidad Nacional no sólo se produjo por la evidente discrepancia con lo que implicaba un Gobierno Militar, sino porque dentro de las modificaciones de la Ley Universitaria se había afectado la imagen que tenía el catedrático universitario, recortándoseles la posibilidad de actualización profesional y proyección a la comunidad, tan necesarios en su que hacer cotidiano.

Uno de los pocos tópicos positivos de tener en cuenta en este período de Gobierno Militar, que comprende aproximadamente 12 años de marchas y contramarchas, de contradicciones, es el referente al interés por rescatar la cultura peruana, sobre todo, lo andino. Es así que, por mandato de Ley, se respira un evidente nacionalismo que se expresa de diferentes maneras, sobre todo a nivel del Folklore y de la música de diversas regiones del Perú y que motivaron el surgimiento de nuevos valores y exponentes, que trasmitieron las preocupaciones, expectativas e intereses del pueblo. Quizás este fue el momento más oportuno para elaborar y llevar a la práctica un gran proyecto sobre la identidad nacional, tan necesario para el país y, que, hasta la actualidad no se ha logrado consolidar.

En esta breve reseña sobre las relaciones entre la psicología y el Gobierno Militar, no podemos dejar de lado que el 30 de Abril de 1980, y en las postrimerías de la segunda etapa del Gobierno castrense cuya junta fue presidida por el General de División E. P. Francisco Morales Bermudez, se emite el Decreto Ley N.° 23019 que crea el Colegio de Psicólogos del Perú, como entidad autónoma de derecho público interno, con personería jurídica, con sede en Lima, y, con carácter representativo de la profesión de Psicólogo en todo el territorio de la República. Independientemente de las diversas variables que pudieron tenerse en cuenta en esta decisión política, lo cierto del caso es que en los doce años de Gobierno Militar, los psicólogos peruanos frente a la coyuntura que se les presentó pusieron en evidencia, con sus diversos trabajos científico-académicos y profesionales, la contribución de nuestra especialidad al desarrollo del País y estimamos que esto fue el factor determinante para el reconocimiento definitivo de la profesión.